Ahora bien, ¿que pasa cuando finalmente conseguís lo que tanto querías? ¿Que se hace cuando algo que te costó años lograr y que toda la vida soñaste se cumple? Bueno, obviamente saltás de alegría, te das una palmada en la espalda y te sentís increíblemente orgullosa y sorprendida de haberlo logrado. ¿Y después que pasa? Esa era solo la primera parte, porque después pasan dos cosas: tenés que hacerte cargo de las consecuencias de haber conseguido lo que querias y, por otro lado, tenés que buscarte nuevos sueños.
Parece fácil, ¿no? Que ironía. Lo más complicado es cuando tus nuevos deseos son parte de las consecuencias de conseguir lo que antes querías (Léase: Viajar a Europa es divino, conseguirlo más: extrañar, no tanto. Que tu nuevo deseo sea: comer todos los alfajores que quieras sin pensar que te quedan pocos y los tenes que estirar, llegar a casa y que tu perra casi te asesine al saltar de la alegría, discutir durante la cena con tu viejo, que sin importar cuantas veces digas que 'no te pasa nada' tu mamá siempre sepa que hay algo que te está molestando, jugar a la guerra de besos con tu hermana, querer asesinar a tu hermano porque otra vez te secuestró todas las biromes y el liquid paper, la rutina de los jueves/ mi terapia y la de be, los mates de belén, escuchar cuartetos viejos y no encontrar lugar donde estacionar, las puteadas de be, entrenar con MIS AMIGAS, los sábados, las previas, ¿ya dije MIS amigas?, HABLAR CASTELLANO y no tener que buscar sinónimos para las palabras que son imposibles de traducir como 'la concha de la lora boludo, las salchicas alemanas me tienen las bolas al plato'.).
Me encantó, quiero más. Y que sirva para sacar presión, que todavía queda mucho por disfrutar. Además por estos lares te esperamos con los brazos abiertos para molestarte con mimos y cuestionamientos como siempre.
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